Árboles en peligro de muerte
La tiña, el guatepajarito y los gusanos han atacado a 90% de las especies
"Yasmín y Wilmer para siempre" y "Wilmer estuvo aquí", se lee en uno de los capuchinos del parque del Este. Ambas frases fueron escritas a punta de afincar navajas sobre su corteza. Pero además de los usuarios destructivos, otras amenazas avanzan a sus anchas sobre buena parte de los 5 mil árboles del parque favorito de los caraqueños: la tiña, el guatepajarito y los gusanos están cerca de robarle al parque del Este el verde que le queda.
No hay que ser experto biólogo o botánico para advertirlo. Si usted lo ha visitado recientemente, seguro notó enredaderas que crecen desde las ramas o velos grises como telarañas que se extienden sobre los copos. En ambos casos se trata de parásitos.
El director de la ONG conservacionista Vitalis, Diego Díaz, explicó que la tiña, el guatepajarito y el gusano de palma se alimentan de la planta que los hospeda. "El guatepajarito penetra el tejido vivo de la planta aprovechándose fisiológica y metabólicamente de ella. Mientras, la tiña, aun cuando su comportamiento parezca epifito, produce necrosis del tejido vegetal".
La buena noticia es que en todos los casos los árboles afectados responden bien al tratamiento fitosanitario. Eso sí, aclara Díaz, cuando la temporada de lluvias está comenzando o va por la mitad, nunca cuando está por terminar.
Eso fue lo que le alegró a uno de los asesores del Instituto Nacional de Parques (prefirió reservarse su nombre) cuando lo contactaron para que se encargara del rescate de las especies. El especialista asegura que, comenzando ahora, el mantenimiento se llevaría mínimo un año: 90% de los árboles están enfermos.
"El problema de Inparques siempre ha sido de presupuesto. En los últimos días el Ministerio del Ambiente ha mostrado más interés por las críticas a la situación del parque. Ojalá ese interés llegue a algo, tiene que ser rápido", confesó el trabajador.
La atención debe contar con personal y equipos especializados para retirar los parásitos y con poda de las ramas más enfermas.
Hay opiniones más radicales, como la del urbanista William Niño, quien insiste en que la recuperación del parque debe ser integral y además pasar por un cierre técnico: "No se trata de recuperar un espacio verde, se trata de restaurar una pieza de diseño originario, de autor".
El experto sostiene que para que el parque vuelva a parecerse a lo que el paisajista brasilero Burle Marx concibió habría que cerrar sus puertas al menos durante dos años.
"Tenemos un parque con 70% de su follaje perdido. Habría que someterlo a una terapia intensiva y eso implica sacrificio. Hay áreas que requieren estar impedidas del tránsito diario para volver a ser lo que eran", afirmó.
Niño recordó la experiencia argentina con el Teatro Colón (Buenos Aires), que pasó 4 años cerrado mientras lo rescataban. Él, apoyado por un grupo de profesionales, llevará su propuesta a Inparques.
Marisela Díaz, usuaria desde hace 32 años, tiene un buen registro de su deterioro. Coincide con Niño en que debe abordarse de forma integral: "La cantidad de robos es increíble, no hay vigilancia, está muy descuidado y desde hace un año desapareció uno de los tigres. Muchos árboles se han caído o están secos, es triste".
Este lunes al fin los visitantes vieron qué había detrás de la cerca maltrecha del espacio reservado para el Leander: nada. Unos obreros que terminaban de remover la verja ayer para volver a dejar libre una de las caminerías. Contaron que los trabajos para la construcción de la réplica del barco de Miranda se iniciarán el lunes.
Extraoficialmente se conoció que se tuvo que aprobar un nuevo presupuesto para reactivar la obra. Ningún vocero de Inparques está autorizado para ofrecer detalles sobre eso o ningún otro asunto relacionado con el parque. Solicitan que se envíe un cuestionario al ministro del Ambiente, pero en su despacho tampoco responden.
malbornoz@eluniversal.com
No hay que ser experto biólogo o botánico para advertirlo. Si usted lo ha visitado recientemente, seguro notó enredaderas que crecen desde las ramas o velos grises como telarañas que se extienden sobre los copos. En ambos casos se trata de parásitos.
El director de la ONG conservacionista Vitalis, Diego Díaz, explicó que la tiña, el guatepajarito y el gusano de palma se alimentan de la planta que los hospeda. "El guatepajarito penetra el tejido vivo de la planta aprovechándose fisiológica y metabólicamente de ella. Mientras, la tiña, aun cuando su comportamiento parezca epifito, produce necrosis del tejido vegetal".
La buena noticia es que en todos los casos los árboles afectados responden bien al tratamiento fitosanitario. Eso sí, aclara Díaz, cuando la temporada de lluvias está comenzando o va por la mitad, nunca cuando está por terminar.
Eso fue lo que le alegró a uno de los asesores del Instituto Nacional de Parques (prefirió reservarse su nombre) cuando lo contactaron para que se encargara del rescate de las especies. El especialista asegura que, comenzando ahora, el mantenimiento se llevaría mínimo un año: 90% de los árboles están enfermos.
"El problema de Inparques siempre ha sido de presupuesto. En los últimos días el Ministerio del Ambiente ha mostrado más interés por las críticas a la situación del parque. Ojalá ese interés llegue a algo, tiene que ser rápido", confesó el trabajador.
La atención debe contar con personal y equipos especializados para retirar los parásitos y con poda de las ramas más enfermas.
Hay opiniones más radicales, como la del urbanista William Niño, quien insiste en que la recuperación del parque debe ser integral y además pasar por un cierre técnico: "No se trata de recuperar un espacio verde, se trata de restaurar una pieza de diseño originario, de autor".
El experto sostiene que para que el parque vuelva a parecerse a lo que el paisajista brasilero Burle Marx concibió habría que cerrar sus puertas al menos durante dos años.
"Tenemos un parque con 70% de su follaje perdido. Habría que someterlo a una terapia intensiva y eso implica sacrificio. Hay áreas que requieren estar impedidas del tránsito diario para volver a ser lo que eran", afirmó.
Niño recordó la experiencia argentina con el Teatro Colón (Buenos Aires), que pasó 4 años cerrado mientras lo rescataban. Él, apoyado por un grupo de profesionales, llevará su propuesta a Inparques.
Marisela Díaz, usuaria desde hace 32 años, tiene un buen registro de su deterioro. Coincide con Niño en que debe abordarse de forma integral: "La cantidad de robos es increíble, no hay vigilancia, está muy descuidado y desde hace un año desapareció uno de los tigres. Muchos árboles se han caído o están secos, es triste".
Este lunes al fin los visitantes vieron qué había detrás de la cerca maltrecha del espacio reservado para el Leander: nada. Unos obreros que terminaban de remover la verja ayer para volver a dejar libre una de las caminerías. Contaron que los trabajos para la construcción de la réplica del barco de Miranda se iniciarán el lunes.
Extraoficialmente se conoció que se tuvo que aprobar un nuevo presupuesto para reactivar la obra. Ningún vocero de Inparques está autorizado para ofrecer detalles sobre eso o ningún otro asunto relacionado con el parque. Solicitan que se envíe un cuestionario al ministro del Ambiente, pero en su despacho tampoco responden.
malbornoz@eluniversal.com
Maye Albornoz
FUENTE: EL UNIVERSAL
FUENTE: EL UNIVERSAL
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