Rescatar el Ávila tardará 10 años

Las autoridades anunciaron el comienzo de la reforestación en cuanto vuelvan las lluvias, en mayo. Los reportes más recientes de la Brigada Forestal de los Bomberos del Distrito Capital señalan que han sido afectadas cerca de 230 hectáreas. Las zonas afectadas se encuentra en los sectores La Julia y topo Galindo

Desde las ventanillas de los carros que circulan por la Cota Mil, conductores y pasajeros dejan ver sus caras de preocupación al observar parte de los daños que ha causado el incendio que empezó el 21 de marzo en el Parque Nacional El Ávila. Como quien acude a la penosa visita de un familiar quemado, se preguntan cómo sanará y qué pueden hacer para ayudar.

Las autoridades anunciaron el comienzo de la reforestación en cuanto vuelvan las lluvias, en mayo. El ministro del Ambiente, Alejandro Hitcher, indicó que en la jornada podrán participar los caraqueños y que ello, al mismo tiempo, servirá de relanzamiento de la Misión Árbol.

Los especialistas consideran positivo que haya una preocupación colectiva por la montaña, pero advierten que su reforestación debe hacerse con cuidado; de lo contrario, se podría requerir más tiempo para su recuperación. Se calcula que se necesitan 10 años para empezar a ver la recuperación incipiente de las zonas boscosas.

Los reportes más recientes de la Brigada Forestal de los Bomberos del Distrito Capital señalan que han sido afectadas cerca de 230 hectáreas
, incluso territorios que se encuentran a 2.000 metros sobre el nivel del mar. La zona afectada se encuentra en los sectores La Julia y topo Galindo.

La botánica y presidenta adjunta del Jardín Botánico, Argelia Silva, indicó que el siniestro afectó áreas de sabana, bosque de transición y bosque nublado.

Explicó que hay varias etapas para llevar a cabo la restauración. Lo principal es sembrar plantas de rápido crecimiento para que puedan mejorar la capa vegetal de la montaña y las lluvias venideras no arrastren grandes cantidades de tierra hacia la Cota Mil. Pero advierte que se debe hacer con especies que sean autóctonas.

"La introducción de especies exóticas puede traer más problemas que soluciones. El eucalipto es un ejemplo de ello, es una planta australiana que se usó en la reforestación de hace 50 años porque crece rápido, pero compite con las nativas, pues son grandes consumidoras de agua, altamente combustibles por la resina que tienen", señaló.

La especialista recomienda que las plantas que se introduzcan, además de ser autóctonas, soporten suelos pobres ­por los incendios anteriores­, altas temperaturas y baja cantidad de agua, que son las características del parque.

Después de que el proceso madure, el terreno estará abonado para el desarrollo de plantas y árboles más robustos.

A Silva no sólo le preocupa la vegetación, sino también la fauna que pudo quedar atrapada entre las llamas en las hondonadas, adonde huyen los animales cuando ven fuego, porque son las zonas más húmedas.

Experiencia forestal. En 1960, el parque sufrió el incendio más grande de las últimas décadas en el área que da hacia Caracas. Más de 1.000 hectáreas fueron arrasadas por el fuego entre las quebradas Pajaritos y Quintero. En ese momento se puso en práctica un gran proyecto de reforestación, en el que participó Rafael García, quien ocupó el cargo de presidente de Inparques desde 1958 hasta 1986.

El funcionario retirado se mostró preocupado porque no ocurría un incendio tan grande desde 1960.

"Los estribos afectados hoy están muy desgastados porque se han quemado muchas veces. Eso hace que el proceso de recuperación sea largo. Volver a ver eso lleno de bosque tomará varias décadas", señaló García.

No obstante, la reforestación puede ser más rápida que la que se hizo hace 50 años, porque en ese entonces casi todo el lugar era sabana y ahora se pueden tomar semillas de las áreas boscosas que se salvaron.

Mario Gabaldón, presidente de Inparques entre 1989 y 1995, destacó otra ventaja: la existencia de las zanjas de la antigua restauración, que perque el agua no se deslice tan rápido por las laderas y, al mismo tiempo, riegue las nuevas plantas.

Incendio y prevención. Gabaldón criticó la forma en que se manejo el último incendio, porque evidencia que se descuidó el sistema de hidrantes: "En 1993 se construyó el puesto de guardaparques del estribo Duarte, el último que se ha hecho. En ese momento funcionaba el sistema de tanques con agua de las quebradas cercanas.

Por eso no hubo un incendio de esa magnitud antes.

Pero ahora se ve la tubería tirada en el área de Los Chorros, por ejemplo. Si había agua en las tuberías, ¿por qué el incendio se extendió?".

García considera poco útiles las descargas aéreas de agua para sofocar las llamas: "Si hay un solo helicóptero que toma agua y vuelve a los 40 minutos no es muy útil. Lo es cuando hay 20 helicópteros que arrojan agua cada 5 minutos".
Silva recordó lo importante de reforzar el sistema de hidrantes, porque se pueden evitar futuros incendios y dar riego durante la reforestación.

FUENTE: EL NACIONAL

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