Vargas: La memoria se pierde entre tejas rotas y escombros

El municipio Vargas tiene su ordenanza para la conservación del patrimonio natural y cultural, y ha asumido la preservación y conservación de sus edificaciones según la ley, al crear su propia dirección del Patrimonio. Sin embargo, aunque hay un estamento jurídico que lo respalda, la realidad es otra.
Hay 168 construcciones, entre edificaciones, puentes, fortines y casas, censadas en el Catálogo de Patrimonio Cultural 2004 y 2005. Algunas datan del siglo XVI, como el casco histórico de La Guaira, y otras más recientes (siglo XX), que fueron sitios turísticos emblemáticos, construidos entre los años 50 y 60. Hoy están a merced de la desidia y el abandono.
La rehabilitación de algunas de estas estructuras y el mantenimiento de otras ha sido motivo de numerosos proyectos. Cada vez que hay un siniestro en la región salen a relucir como bandera, pero nunca llegan a ejecutarse.
El casco central de La Guaira es uno de esos sitios históricos que ha corrido con poca suerte para su recuperación, después de la tragedia de 1999. Rehabilitarlo es uno de los mayores anhelos del pueblo varguense.
Desde 2004 se planteó su recuperación sin concretarse proyecto alguno que permita darle vida a la zona, y conservar la historia de este poblado colonial y crear un destino turístico que impulse el crecimiento de sus habitantes de la mano de un proyecto económico factible.
Esta zona encierra edificaciones religiosas como la Ermita del Carmen, cuya estructura está en franco deterioro; casas emblemáticas como la de José María España, adquirida por el Ministerio de Turismo, pero que ha tenido que soportar invasiones y daños a su estructura. Ahora, a través de la alcaldía, se han empeñado en recuperarla.
Dentro de esta zona están casas coloniales como La Guipuzcoana, sede de la gobernación; la Boggio, sede del Concejo Municipal, y la Casa de los Ingleses, de la cual sólo quedan vestigios.
Hay otras que tienen usos limitados como la Casa Fleury, antiguo Ateneo de La Guaira, y que hoy la usan colectivos culturales para sus actividades, pero sus paredes muestran el paso de los años sin nada que los detenga.
La Casa Vargas, donde hoy funciona un núcleo de la Universidad Simón Bolívar, es la mejor conservada. La sede de la Biblioteca José María España, casa del siglo XVIII y la sede de la Sociedad Bolivariana de La Guaira son otras dos edificaciones que aún son habitables.
Para la arquitecta Teresa Montesano, quien lleva la Dirección de Patrimonio Cultural y Natural de la alcaldía, la recuperación de un patrimonio tan importante como el casco colonial de La Guaira "se debe desarrollar de manera coordinada con la comunidad que lo rodea" y que se ha empeñado nuevamente en el proyecto, con apoyo del arquitecto Luis Guillermo Marcano, coordinador de la maestría Conservación y Restauración de Monumentos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela.
Otra de las obras que requieren de una atención urgente es el puente Navarrete (Maiquetía), escenario de batallas en la Guerra Federal y de gran valor patrimonial, que ha soportado los fenómenos naturales de 1936 y 1999, y que hasta hoy se mantiene en uso. Hace dos años se planteó su rehabilitación. Se habló de construir la canalización del río Piedra Azul por un costado del puente para no tener que perderlo, como había planteado Corpovargas y que los vecinos rechazaron.
Conjuntamente se planteó un proyecto de un corredor recreacional, desde el puente en sentido hacia el Warairarepano, pasando la línea del ferrocarril en la vía El Rincón-Quenepe. Pero en eso se quedó... en proyecto, y el puente se deteriora más y más y pone en peligro el tránsito por esta zona de Maiquetía.
El turismo de una época quedó en el recuerdo
Tras la caída del viaducto los organismos públicos prometieron meterle la mano a la región, y el turismo fue uno de los sectores a los que se pretendió darle un gran impulso como una forma de apoyar a quienes vivían de esta actividad, una de las más golpeadas.
Se habló de iniciar el proceso de recuperación de los hoteles Guaicamacuto, Gran Caribe y la marina de Caraballeda, para lo cual se aprobaron BsF 35 millardos 837 millones 520 mil.
Han pasado cuatro años y estos emblemáticos espacios aún están en ruinas. Las obras que se iniciaron para "darle al hotel su fachada original" se paralizaron, porque los reales se acabaron.
En esta situación está otro de los íconos turísticos: el Balneario de Macuto. Desde 2005 se inició su rehabilitación por los destrozos que causó la tragedia de 1999. Alcaldía, Ministerio de Turismo y, en los últimos meses, la gobernación, han presentado planes para su recuperación, pero sin resultados.
La otra construcción emblemática, que ya tiene 82 años y representó en su tiempo uno de los más modernos hoteles y con ascensores, fue el Hotel Miramar, en Macuto.
Según la arquitecta Montesano, el proyecto de recuperación de esta edificación por ahora irá despacio, porque se requiere de una fuerte inversión para el diagnóstico técnico-estructural del edificio y se defina qué uso puede dársele.
ELÍZABETH COHEN/SERVINECO/ecohen@cadena-capriles.com

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