Cada tapón de corcho fija 234 gramos de CO2 y ayuda a mitigar el cambio climático
Un solo tapón de corcho ayuda a fijar en el
suelo 234 gramos de dióxido de carbono (CO2), que no pasan a la
atmósfera, y permite a las bodegas que lo utilizan reducir entre un 18% y
un 40% el balance de emisiones de sus botellas, lo que contribuye a
mitigar los efectos del cambio climático.
Así lo ha puesto de relieve este lunes el conseller de
Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural de la
Generalitat, Josep Maria Pelegrí, en la presentación de un estudio sobre
la huella de carbono de la industria del corcho en Catalunya, que se ha
llevado a cabo en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona.
La investigación, llevada a cabo por la Universitat Autònoma de
Barcelona (UAB) y el Instituto Catalán del Corcho (Icsuro), calcula que
el sector contribuye a mitigar los efectos del cambio climático en un
2,5%.
"El sector del corcho es un paradigma de industria sostenible, por
lo que tiene un papel importante en una buena gestión forestal", ha
destacado Pelegrí, quien ha señalado que además de contribuir a luchar
contra el cambio climático, los alcornocales también permiten la
conservación de una rica biodiversidad.
La industria catalana del corcho es la primera que mide la huella
de carbono de los tapones, y con su actividad facilita que se reduzca el
riesgo de incendio y la desertización del Mediterráneo.
El gran atractivo de esta zona corresponde al senderismo a través de las diversas montañas de la sierra. Los más atrevidos suben hasta sus picos y aquellos con menores condiciones físicas hacen el recorrido a través del valle de la Barranca. https://queverenz.com/europa/espana/becerril-de-la-sierra/
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