Venezuela sabe a CHOCOLATE
Valentina Quintero cree que el cacao simboliza la naturaleza orgánica del país, como una marca de origen nacional.
Mantener una política gubernamental sostenida en el tiempo es vital para potencial el turismo como motor económico.
El año pasado el sector de viajes y
turismo registró una cifra de 255 millones de empleos en todo el mundo y
un valor total de 6,3 billones de dólares, lo que representa 9,1% del
Producto Interno Bruto (PIB) total.
Según datos del Consejo Mundial
de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), Brasil es la
economía turística de más rápido crecimiento en Latinoamérica, con 79
mil millones de dólares en su PIB en 2011. Para este año, las
estimaciones de su crecimiento son de 7,8%.
El 2011 también fue un buen
período para México, cuyo presidente Felipe Calderón lo declaró como el
"Año del Turismo", asumiendo el reto de convertir al país azteca en el
quinto destino del mundo, antes de 2018. Entre los puntos contenidos en
la Agenda Nacional por el Turismo, el Gobierno Federal se comprometió a
invertir el 5% del PIB al año en infraestructura vial, portuaria y
aeroportuaria, así como fortalecer la promoción turística y mejorar los
servicios. De esta manera, se pretende que la captación anual por
turismo suba a 40 mil millones de dólares antes de 2018 y se generen
cuatro millones de empleos directos y 12 millones de indirectos.
En el caso de Venezuela, los
ingresos provenientes de este sector han sido opacados históricamente
por la renta petrolera, lo que ha generado que la inversión en la
industria sea deficitaria y no se haya aprovechado el potencial
turístico como una fuente generadora de ingresos, trabajo y desarrollo.
Desde su creación en 2005,
cuatro personas han ocupado el máximo cargo en el ministerio que rige la
actividad en el país: Wilmar Castro Soteldo, Olga Cecilia Azuaje, Pedro
Morejón y Alejandro Fleming, quien se mantiene hasta la actualidad y
continúa con el objetivo de "posicionar nacional e internacionalmente el
producto turístico Venezuela, como herramienta estratégica para el
desarrollo endógeno del país y fuente de bienestar para la población",
según reza la visión de la cartera.
Además de la institución, en
2008 el presidente de la República, Hugo Chávez, sancionó vía
habilitante la Ley Orgánica de Turismo, con la finalidad de "promover,
organizar y regular la actividad turística, la organización y
funcionamiento del Sistema Turístico Nacional, como factor estratégico
de diversificación socioeconómica, desarrollo sustentable y sostenible
del país", según lo establece el artículo primero de la normativa.
No obstante, los hechos parecen
alejarse de esta realidad. Así lo considera Valentina Quintero, quien
durante más de quince años tuvo a su cargo la conducción del programa
televisivo "Bitácora", con el cual se adentró en los lugares más
recónditos de la geografía nacional para darlos a conocer tanto en el
público local como el extranjero. "Nosotros perdimos por completo el
turismo internacional. Venezuela nunca ha recibido más de 800 mil
turistas en un año y es un número deplorable, porque alguna isla del
Caribe recibe más que eso", asegura.
Según cifras que maneja, el
total de turistas que han entrado al territorio cada año desde 1974 no
ha presentado mayor fluctuación, al ubicarse alrededor de 700 mil
personas, mientras que todos los países latinoamericanos las han, al
menos, duplicado en el mismo período de casi 40 años. "Lo que sí se ha
movido es el turismo interno.
Los venezolanos viajan más por
el país y muchos destinos que se nutrían del extranjero, ahora se
promueven entre nosotros mismos".
Antes de enumerar las
oportunidades para que el turismo sea punta de lanza, explica que el
Estado debe resolver problemas básicos para el país, como la
inseguridad, ya que Venezuela aparece en números rojos en ese ámbito y
este hecho no resulta atractivo para los extranjeros. En segundo lugar,
destaca el mal estado de la vialidad en todo el país. "Ir a Mérida o al
oriente es una desgracia para los conductores. La gente se moviliza por
Venezuela porque tiene necesidad de salir. Pero no estamos en las
condiciones ideales", insiste.
A pesar de estos dos aspectos,
los turistas más arriesgados, como ingleses, italiano y noruegos,
deciden vacacionar en el país. En el caso de Margarita afirma que están
llegando muchos procedentes de Argentina y Brasil.
Aunado a lo anterior, se suman
problemas con las líneas aéreas. "Venezuela pone muchas restricciones
para sus operaciones. Antes teníamos muchos vuelos directos desde Europa
a Margarita.
Necesitamos una política de cielos
abiertos sobre todo en la isla con vuelos de todas las partes del mundo.
Tenemos que darles beneficios a las compañías aéreas para que quieran
volar para acá. En cuanto a los vuelos nacionales, el problema de
conectividad radica en que para desplazarse de una ciudad a otra, hay
que parar primero en Caracas", dice.
Pero además de los problemas de
forma, también existen dos de fondo. Y es que, a juicio de Quintero,
ningún gobierno ha creído o depositado la confianza en el turismo como
una fuente de ingresos y trabajo para Venezuela. Y, en segundo lugar, el
ministerio debe contar con un equipo especializado que conozca a
profundidad el país y trabajar en conjunto con las regiones para definir
cómo se venderá Venezuela como destino.
EL CHOCOLATE ES ALEGRÍA
Así
como Costa Rica se presenta como un país verde, Guatemala es el centro
del mundo Maya, Perú exalta su tradición incaica, Brasil el carnaval,
Colombia el café y México su cultura e historia, Venezuela necesita
focalizar su posicionamiento resaltando una ventaja competitiva.
En esta área, Valentina Quintero
afirma que el país no ha tenido, "ni antes ni ahora", políticas
constantes para la promoción efectiva del turismo, que permitan crear
una marca país, coherente y que se pueda proyectar hacia el exterior.
Quintero considera que Venezuela
se tiene que vender como un "gran" destino de naturaleza. "Tenemos
parques protegidos por el Ministerio del Ambiente.
También hay zonas vírgenes y
muchos pueblos. Sería ideal que existiera una alianza entre el
Ministerio de Turismo con el Instituto Nacional de Parques (Inparques),
porque este último depende de la cartera de ambiente".
También sugiere que los fondos
recibidos del impuesto al turismo se destinen a Inparques para así velar
por los territorios que tiene a su cargo. "Cuando piensas en cuáles son
las áreas más visitadas, sin duda alguna son los parques nacionales,
como Morrocoy, Mochima, Canaima, Los Roques, laguna de La Restinga,
entre otros".
Angélica Muñoz, quien tiene 30
años en la industria publicitaria y fue directora del Instituto
Venezolano Publicitario, afirma que no es fácil preparar un plan para
vender un producto o servicio cuando no se tiene una base fundamental,
al coincidir con Quintero en las deficiencias de seguridad e
infraestructura en todo el país. Al hacer el ejercicio de
posicionamiento, también se inclina porque Venezuela sea conocida
mundialmente por sus recursos naturales.
La creadora de la guía de viajes
en 1996, propone el siguiente slogan que apoye el posicionamiento:
Venezuela sabe a chocolate. "Para nadie es un secreto que tenemos el
mejor chocolate del mundo. Las personas vendrían al país por ser un
sitio orgánico, de naturaleza y hasta por gula. El chocolate es calor,
alegría y felicidad", asevera.
Esta política de promoción debe
estar articulada entre el gobierno central y las direcciones de turismo
regionales, así como con empresas privadas, operadores turísticos y
demás miembros del sector. "¿No irías a un país que sabe a chocolate?",
pregunta.
LA AVENTURA DE LA EMPRESA PRIVADA
Desde
los últimos diez años se ha ido consolidando el turismo de aventura y
naturaleza en el país, gracias a la inversión privada.
"Pequeños y medianos empresarios
han construido una infraestructura de posadas que es una maravilla. En
Barinas, por ejemplo, se puede practicar rafting y ya están instalados
como ocho campamentos", afirma Quintero.
Asimismo, la diversificación del
turismo ha llegado a Margarita, donde además de las playas, hoy también
se pueden realizar paseos por las montañas, recorridos en carros
rústicos, navegar por La Restinga, entre otros.
En el caso de los hoteles,
recuerda que muchos tienen más de un año dando refugio a los
damnificados, lo que disminuye la oferta de camas, pero sus dueños
siguen apostando porque reubiquen a estas personas y les paguen por los
servicios que han prestado. "En Venezuela el turismo funciona contrario a
lo que sea. Le cayeron las siete plagas y, sin embargo, hay esfuerzos",
puntualiza.
FUENTE: EDICIÓN IMPRESA DIARIO TAL CUAL, 27/04/2012 (PÁG. 14 Y 18 EDICIÓN ANIVERSARIO)
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