El terremoto de San Bernabé

El 11 de junio de 1641 a las 8.30 de la mañana, el territorio de Venezuela sufre un duro golpe de la naturaleza, esta vez en Caracas y sus alrededores como la primera ciudad de Cúa y La Guaira: se estimaron entre 300 y 500 personas víctimas del terremoto. Su magnitud fue de 7,5 a 8,0. Este sismo es conocido con el nombre de terremoto de San Bernabé.

Escribe el físico y profesor Jaime Lafaille, director de la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico, en su artículo "Casi no se puede Creer", que según las tradiciones caraqueñas, un loco muy popular apodado Saturnino se paseaba por las calles de Caracas unos días antes del terremoto que destruyó a esa ciudad el día 11 de junio 1641 (día de San Bernabé).

Mientras caminaba, el loco Saturnino iba cantando y recitando un estribillo que decía: 

"Que triste está la ciudad, 
perdida ya de su fe, 
pero destruida será, 
el día de San Bernabé, 
quien viviere así lo verá". 

Si solo se tuviera noticia de este canto de Saturnino se podría pensar que se trató sólo de una simple coincidencia, pero es que se cuenta que el popular loco afirmaba que muy pronto Caracas se movería como un trompo y el día anterior al terremoto cambió el estribillo de su canción, la que esta vez decía:

"Téngalo ya de decir,
yo no sé lo que será,
pero mañana es San Bernabé,
y quien viviere lo verá".

El día de San Bernabé, 11 de junio de 1641, un terrible terremoto sacudió a la capital de Venezuela y ciudades vecinas, derrumbando la mayoría de sus casas y matando casi al diez por ciento de su población.

Los estragos fueron tan notables que el Gobernador y el Cabildo decidieron mudar la ciudad para el sitio de Chacao, a lo que el pueblo se opuso. Según Lafaille "si este cuento es cierto, la coincidencia ya no resulta tan simple o Saturnino no estaba tan loco".

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