Problemas de la permanencia en gran altura
A partir de una altura de 3500 m hay que planificar y preparar la excursión muy bien.
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Aconcagua, el más alto de la Tierra después del sistema de los Himalayas (Asia) y, por tanto, la cima más elevada en América |
Táctica en la altura
Una
adaptación activa a la altura es, en cualquier caso, preferible a una
adaptación pasiva. Sin embargo y debido a las distancias, se tiende a
recorrer grandes tramos en vehículo, especialmente en excursiones en la
región de Atacama. A causa de esto se alcanzan grandes alturas demasiado
rápido. La caminata al campamento base en Chile central se lleva a cabo
por lo general con mulas, que se arriendan por día. Por motivos de
costos se tiende a ascender más rápido de lo que realmente se debiera
por motivos de salud. Además, sin equipaje naturalmente se puede
ascender más rápido.
Independiente de cómo uno se acerque a la meta en la montaña, sea a pie o en un vehículo, rige la misma regla práctica:
Hasta los 3.000 metros (m.) aparecen, muy rara vez, problemas
relacionados con la altura. A partir de esta altura, no se debe pasar la
noche a más de 500 m por sobre la altura alcanzada durante el día.
Después de ascender 1.000 m. más se debe pernoctar dos noches en el
mismo lugar. Durante el día se puede ascender sin problemas para
alcanzar una mejor aclimatización, sin embargo, luego hay que volver al
campamento. De a cuerdo a esta regla práctica se debe contar por lo
menos con ocho días para subir un cerro de 5.000 metros.
Las 10 reglas de oro para la ascensión de alta montaña (Thomas Lämmle)
- ¡No ascienda demasiado rápido!
- ¡Fíjese a qué altura están los lugares donde pasará la noche!
- ¡Controle su ritmo cardíaco y tómese su tiempo!
- ¡Observe sus compañeros de expedición!
- En caso de mal de montaña: ¡descienda de inmediato!
- ¡Preste atención a su salud!
- ¡Beba mucha!
- ¡No permanezca demasiado tiempo en alturas extremas!
- ¡Duerma bien!
- ¡Planifique su permanencia en la altura!
Composición del aire y presión atmosférica
Corrientemente,
se supone que la concentración de oxígeno en el aire disminuye a medida
que aumenta la altura. Sin embargo, el aire se compone de 78% de
nitrógeno, 21% de oxígeno y 1% de dióxido de carbono regularmente a
cualquier altura. Con el aumento de la altura disminuye única y
exclusivamente la presión atmosférica y por consiguiente disminuye en
forma proporcional la presión del oxígeno (presión parcial del oxígeno
pO2), la cual actúa para que el gas vital entre en los pulmones. A 5.000
m. de altura la presión del oxígeno se ha reducido ya a la mitad (ver diagrama).
Capacidad de adaptación a la altura
A
diferencia de los tibetanos y nepaleses, los cuales a través de muchos
milenios se han adaptado a grandes alturas, la permanencia en estos
lugares para nosotros puede ser sólo temporal. Incluso los pueblos
aborígenes de América del Sur asentados en el altiplano, como los
quechuas y los aymaras, no se han podido adaptar hasta el día de hoy del
todo. Una variante crónica del mal de montaña los obliga en parte a
trasladarse a zonas más bajas. A partir de 5.300 m. se produce un
descenso continuo del rendimiento que tarde o temprano conduce a la
muerte por agotamiento.
Cuidado con los altímetros
Los altímetros que indican la altura a través de la medición de la
presión atmosférica deben ser ajustados constantemente. Pruebas
prácticas realizadas con diferente altímetros reloj demostraron, que por
cada 1.000 m. de ascenso estos instrumentos indican entre 50 y 80 m.
menos. A raíz de esto se puede llegar a pensar, por ejemplo, que se está
acampando a 4.700 m., pero en realidad uno se encuentra por sobre los
5.000 metros. Ésta es una diferencia que puede tener repercusiones
drásticas a esta altura. Debido a que el aire es compresible, la presión
atmosférica adopta una forma curva a medida que aumenta la altura. Sin
embargo, los altímetros trabajan en forma lineal, por lo que incluso en
los mejores modelos, resultan diferencias de altura.
Mecanismos de adaptación
Sin mecanismos de adaptación del cuerpo podríamos alcanzar alturas de
solamente 5.000 metros. Los mecanismos más importantes de adaptación a
la altura son en primer lugar un aumento de la frecuencia y profundidad
de la respiración (hiperventilación), lo cual tiene una importancia
aproximada de un 60%. Un aumento en la producción de glóbulos rojos
mejora la adaptación en un 20% más y una elevada utilización del oxígeno
por la células completa el 20% restante. La frecuencia de la
respiración es controlada, en condiciones normales, por la presión del
dióxido de carbono en la sangre. Pero, con el aumento de la altura ésta
no aumenta en la misma medida. Por lo que el cuerpo regula la
respiración en la altura a través de la saturación de oxígeno en la
sangre de las arterias. La hiperventilación conduce a una exhalación de
dióxido de carbono y por consiguiente aumenta el contenido de oxígeno en
los alvéolos pulmonares.
Respiración de Cheyne-Stoke
En la noche pareciera que a veces olvidamos parcialmente la respiración.
Repentinamente nos damos cuenta de esto y respiramos rápido y profundo,
como un buceador emergiendo. Cuando uno está dormido, tales pausas de
respiración son perceptibles, por lo general, solamente para nuestro
compañero de carpa. Estas dificultades respiratorias persisten a una
misma altura, en la mayoría de los casos, sólo las primeras noches.
Peligros en grandes alturas
Una ascensión demasiado rápida a partir de los 3.000 m. de altura conduce a mal agudo de montaña y como segunda conciencia puede causar un edema cerebral o pulmonar de altura.
No sólo los edemas representan una amenaza mortal. De igual manera la
falta de oxígeno (hipoxia) provoca una merma de la capacidad de
rendimiento del cuerpo, lo que a su vez puede provocar accidentes, que
lamentablemente con bastante frecuencia, tienen un desenlace mortal.
Mal Agudo de Montaña (MAM)
La mayoría de los problemas en la altura son causados por una
ascensión demasiado rápida en alturas superiores a los 3.000 metros, lo
cual no permite una adaptación adecuada a la inferior presión parcial
del oxígeno, característica en estos lugares. La condición física y el
sexo parecen, dentro de todo, no tener mayor incidencia en los problemas
en altura que puedan surgir. Los problemas en la altura debieran
afectar en menor grado a personas mayores, a causa de su ritmo de marcha
más lento y su experiencia. La experiencia personal y las numerosas
expediciones que hemos realizado han mostrado, que todos los casos
graves de mal de montaña se han anunciado. Únicamente, la obsesión por
alcanzar la cumbre por parte de los participantes y el hecho de no tomar
en cuenta los síntomas del MAM han conllevado a poner en peligro no
sólo las propias vidas, sino que también la de los otros compañeros de
expedición.
Síntomas leves
Los síntomas del Mal Agudo de Montaña (MAM) comienzan con mareos
leves, acompañados de un paso inseguro, respiración acelerada, falta de
apetito, dolor de cabeza leve, retención urinaria y dificultad al
respirar (disnea) en las noches. Si estos primeros síntomas persisten
más de dos días, habrá que tomar medidas.
Medidas
No ascender más hasta experimentar una mejoría. La ingestión de
medicamentos sólo disimula, en la mayoría de los casos, los síntomas y
conduce a efectos secundarios peligrosos. Por esto se desaconseja tomar
especialmente medicamentos analgésicos, tabletas para dormir o Diamox.
La persona afectada debe descansar con el tronco levantado, lo que
facilita la respiración. Se deben ingerir líquidos en poca cantidad
continuamente, aún cuando no se tenga sed.
Síntomas graves
Si el afectado sigue ascendiendo, aumenta también la gravedad de los
síntomas. La falta de apetito avanza, se convierte en náuseas y provoca
vómito. El dolor de cabeza se vuelve parcialmente insoportable y la
Aspirina apenas puede reducirlo. Adicionalmente, pueden aparecer edemas
en la hipodermis (capa más profunda de la piel). Éstos son fáciles de
reconocer, ya que se manifiestan a través de la hinchazón de párpados,
mejillas y dedos. Además el cuerpo está muy debilitado y el afectado
parece apático. En estos casos es necesario tomar medidas
inmediatamente. La persona afectada debiera descender hasta que
experimente una mejoría.
Medidas
Un descenso de 300 a 500 metros conduce, en la mayoría de los casos, a
una rápida y clara mejoría. Adicionalmente, son de importancia todas
las medidas indicadas en el punto sobre síntomas leves. La persona que
necesite oxígeno en las montañas en Chile, no se encuentra en
condiciones de ascender a la montaña, por lo que debiera descender
inmediatamente.
Edemas
Si los
síntomas graves son ignorados y el afectado no desciende, puede ocurrir
como consecuencia que la persona desarrolle un edema cerebral de altura
(ECA) y/o un edema pulmonar de altura (EPA). Si ocurre esto, en la
mayoría de los casos, el descenso no será posible sin ayuda externa, la
persona se encuentra en riesgo vital.
Edema pulmonar de altura (EPA)
A partir de los 3.500 m. de altura aumenta la presión en la
circulación pulmonar. Esto facilita el paso de plasma sanguíneo al
interior de los alvéolos, en caso de existir una membrana dañada.
Indicios típicos adicionales del EPA son una respiración ruidosa, tos,
labios azulados (cianosis) y agotamiento. El síntoma de respiración
ruidosa es atribuible a la acumulación de líquido en los alvéolos.
Después de una ascensión demasiado rápida el cuerpo no reacciona
inmediatamente desarrollando un edema, sino que tiende a un tiempo de
latencia de hasta un día. Según muestra la experiencia, el edema aparece
a menudo en la noche e incluso durante el sueño.
Medidas
Si es posible, se debe emprender el descenso inmediatamente o
transportar a la persona afectada hasta que experimente una mejoría. El
descenso puede ser apoyado con una administración de oxígeno (4-6
lt./min.) o con medicamentos (20 mg. de Nifedipino sublingual,
cada 6 hr.). Si por motivos climáticos no se puede transportar al
afectado, está la posibilidad de utilizar una cámara hiperbárica. La
única alternativa, en caso de no tener una cámara hiperbárica, es la
administración continuada de oxígeno (5 lt./min.).
Edema cerebral de altura (ECA)
El ECA se produce no sólo rara vez en comparación al EPA, sino que
además en la mayoría de los casos a partir de los 5.000 m. de altura. El
ECA comienza con los síntomas del MAM extendiéndose por varios días.
Debido a la acrecentada presión cerebral, el edema causa un fuerte dolor
de cabeza, comportamiento llamativo, somnolencia, alteración del
lenguaje, confusión. El efecto de los preparados de cortisona se basa en
una disminución de la presión cerebral. El ECA al igual que el EPA, se
manifiesta en la noche e incluso durante el sueño. A diferencia del EPA,
la persona afectada ya no es capaz de reaccionar y ya no puede
controlar la motricidad corporal. La persona ya no está en condiciones
de descender por sí sola, lo que eleva la tasa de mortalidad por sobre
el 40%.
Medidas
Administrar cuanto antes cortisona (si no se tienen conocimientos, lo
mejor es a través de inhalación) y a continuación en forma de tabletas
(4 mg. cada 6 hr.). A continuación transportar al afectado, bajo
administración de oxígeno (4-6 lt./min.). La persona afectada debiera
recuperarse dentro de pocos días.
Hemorragia de retina
Relativamente frecuente aparecen pequeños coágulos en la retina. A
menudo, son advertidos sólo por otras personas, no tienen que ser
tratados y desaparecen por sí solos.
Cámara hiperbárica (PAC, Certec- o Gamov-bag) y oxígeno
Se
trata de un saco de poliamid, el cual es ajustado mediante una bomba
manual a una sobre presión de 220 mb (lo que corresponde a una altura de
2.500 – 3.000 m.). Para su uso, la persona no debe presentar problemas
de respiración y de compensación de presión.Eventualmente, se deben
administrar gotas nasales para la desinflamación de la mucosa. El tronco
de la persona debe estar levemente levantado, con una inclinación de
aprox. 30°. Cerrar el saco herméticamente según las instrucciones e
inflar a la presión indicada. Cada 5 segundos aprox. se debe introducir
aire fresco con la bomba. El aire usado es expulsado automáticamente a
través de una válvula de sobre presión. La presión se puede determinar
del manómetro instalado o a través del altímetro que se encuentra en la
cámara.
La cámara hiperbárica no reemplaza el descenso. Después de una
permanencia de 1-2 horas en la cámara, el paciente está en condiciones
de descender o de ser transportado sin que corra peligro. Adicionalmente
se le puede administrar oxígeno (4-6 lt./min.), o bien medicamentos.
Tos de altura
Al ir en aumento la altura, baja la humedad absoluta del aire. El
aire seco somete a esfuerzo a las mucosas de las vías respiratorias y
conduce a una tos seca y sin expectoración. Sin embargo, las mucosas
irritadas forman, como consecuencia siguiente, un caldo de cultivo ideal
para bacterias. Pastillas para la tos y tomar mucho líquido tienen un
efecto preventivo. Mucosas nasales secas provocan hemorragia nasal y mal
dormir. Las cremas mentoladas, fáciles de adquirir en Chile, irrigan
las mucosas nasales, manteniéndolas húmedas. Como alternativa se puede
utilizar gotas de una solución salina isotónica mezclada con un par de
gotas de glicerina.
Uso de medicamentos para facilitar la aclimatización
Diamox, Nifedipino y Dexamethasone
La
ambición personal y la obsesión por alcanzar la cumbre conducen
lamentablemente a los montañistas, por lo demás amantes de la
naturaleza, cada vez con más frecuencia al uso del doping. Preparados
como el Diamox son tomados, entretanto, de forma profiláctica sin
considerar los efectos secundarios que puedan eventualmente producirse
(deshidratación). Para la ascensión de montañas en América del Sur, con
alturas máximas de casi 7.000 m., no se justifica el uso de fármacos que
faciliten la aclimatización, ni del punto de vista preventivo, ni
terapéutico, por lo tanto montañistas serios no debieran utilizarlos. Su
uso debiera estar limitado única y exclusivamente a aquellos casos con
síntomas graves de MAM y en combinación con un descenso simultáneo.
Somníferos
Casi todos los somníferos reducen la frecuencia respiratoria durante
el sueño y producen por lo tanto, un declinamiento en la saturación de
oxígeno en la sangre. Por este motivo no debieran ser tomados durante la
permanencia en grandes alturas. En el caso de una adaptación a la
altura adecuada, los somníferos no debieran ser necesarios.
Congelamientos
Causas y Prevención
Informes de conocidos investigadores de la Antártica y las regiones
árticas relatan, por cierto, de fríos glaciales, pero al contrario de
los reportes de grandes excursiones a las montañas, rara vez, dan cuenta
de congelamientos graves o incluso de pérdidas de extremidades. El
motivo radica, como tan a menudo sucede, en la altura y en la pérdida de
líquido que ésta ocasiona. Además, el aire seco de las alturas irrita e
incluso daña las mucosas. Es por esto, que las mucosas son humedecidas a
través del aire que respiramos. Respecto al oxígeno, su bajo contenido
en el cuerpo en grandes alturas es compensado, como ya fue mencionado, a
través de hiperventilación. Un aumento en la frecuencia respiratoria
por este motivo conduce naturalmente también a una mayor pérdida de
líquido. Además la humedad absoluta del aire es ya, de todos modos, muy
baja debido a las bajas temperaturas. Adicionalmente, los esfuerzos
realizados durante la ascensión conllevan también a una pérdida de
líquido a través del sudor. Por último, pero no por eso menos
importante, el cuerpo siente menos sed en grandes alturas. Todos estos
son factores desfavorables que conducen a un aumento de la viscosidad de
la sangre, a través de la pérdida de líquido. La proporción de las
partículas sólidas de la sangre con respecto a la parte líquida de la
sangre (plasma) se denomina hematocrito y se indica en porcentaje. En
condiciones normales, esta relación se eleva a un 45% aproximadamente.
En grandes alturas esta proporción asciende hasta un 70% debido a la ya
mencionada pérdida de líquido. Ahora bien, en estas circunstancias los
capilares más pequeños no son abastecidos ni de oxígeno, ni de calor a
causa de la elevada viscosidad sanguínea. Además el cuerpo se concentra,
en el caso de temperaturas bajas, sólo en el abastecimiento de órganos
vitales y no desperdicia energía en la irrigación de otras partes del
cuerpo menos importantes. Por este motivo se ven afectados
principalmente los dedos de manos y pies, así como la nariz.
Prevención de congelamientos
Un equipamiento adecuado y tomar mucho líquido son las medidas más
importantes sobre todo en grandes alturas. Evitar especialmente usar
calcetines y zapatos humedecidos.
Grados de congelamiento
Los congelamientos son clasificados en tres grados. En primer grado,
se adormecen las extremidades y palidecen. Después de calentarse, se
reanuda rápidamente la irrigación sanguínea y se produce un ardor
parecido al que se siente cuando se toca una ortiga. Después de pocos
días disminuyen las molestias. En el caso de congelamiento en segundo
grado, se forman, después del recalentamiento de las extremidades
congeladas, a menudo ampollas o incluso se produce la muerte y
consiguiente coloración negra de los tejidos comprometidos (necrosis).
Las molestias continúan por varios meses, pero en la mayoría de los
casos desaparecen en su totalidad. En el caso de congelamiento de tercer
grado, se produce después de pocos días, una pérdida profunda de
tejidos, además se forman ampollas de sangre y aparece una coloración
negra en las zonas afectadas. En la mayoría de los casos, la pérdida de
las extremidades es inevitable.
Tratamiento de congelamientos
En
el caso de congelamientos leves favorece tomar bebidas calientes,
sacarse las prendas de ropa humedecidas y abrigarse. Adicionalmente se
pueden apretar los dedos bajo las axilas. Las zonas afectadas no se
deben ni frotar con nieve, ni calentar artificialmente. En el caso de
congelamiento grave la persona afectada debe ser transportada
inmediatamente (eventualmente bajo administración de medicamentos
analgésicos) para ser atendida lo antes posible por un médico. El
calentamiento artificial de las partes del cuerpo que estén fuertemente
congeladas provoca dolores extremos, controlables sólo con preparados de
morfina, y puede producir inflamaciones peligrosas. Sólo en situaciones
extremas y bajo administración de los más fuertes calmantes, se puede
calentar una extremidad afectada en un baño de agua, aumentando la
temperatura de 10°C a 37°C dentro de una media hora. A continuación
dejar secar al aire, vendar con material esterilizado y acolchar bien
con algodón.
Tormenta
En los Andes centrales se forman, especialmente en pleno verano
(enero / febrero) a eso del mediodía, fuertes tormentas. En zonas de
alta montaña se producen a menudo tormentas de nieve de una duración de
2-3 horas, acompañadas de rayos y truenos. Si una persona es alcanzada
por un rayo, esto tiene el mismo efecto que si se hubiera entrado en
contacto con una línea de alta tensión: quemaduras graves, paro
cardíaco, muerte. Se corre el mayor riesgo, cuando la persona se
encuentra al aire libre y es el punto más alto, lo que por cierto ocurre
simplemente al caminar por una superficie plana. Igualmente riesgosa es
la permanencia en el agua, por ejemplo si se está nadando.
Indicaciones generales sobre el comportamiento en caso de amenaza de rayos
- En bosques densos se está relativamente seguro, sin embargo se debe evitar la cercanía a un árbol solitario.
- No caminar erguido para evitar ser el punto más alto. Si en las cercanías no hay un alojamiento seguro, buscar protección en un ahondamiento del terreno, en el cual uno se pueda agachar lo más apretado posible con las piernas juntas sobre la mochila.
- Evitar estrictamente cuevas pequeñas. Cuevas grandes con una distancia de aprox. 2 metros hasta la roca son por el contrario apropiadas para protegerse.
- No portar objetos metálicos en el cuerpo, ya que son fuertes puntos de atracción para los rayos.
FUENTE: TREKKING CHILE
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