Erradicación del caracol africano debe ser masiva

Expertos instan al Gobierno a adoptar políticas para eliminar la plaga rápida y efectivamente


La reproducción de la especie Achatina fúlica, conocida comúnmente como caracol gigante africano, es exponencial.

Un solo ejemplar es capaz de poner 1.000 huevos al año. Son voraces, portan parásitos y se pueden desplazar 100 kilómetros más allá del punto donde tienen la colonia.

La plaga, señalada como una de las 100 más nocivas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, requiere ser combatida masivamente.

En Colombia, Estados Unidos, Argentina y Chile asumieron la erradicación como política gubernamental, debido al peligro que representa el caracol para el equilibrio ecológico y la salud humana.

En Venezuela, la especie se ha reproducido con rapidez, pero a diferencia de otros países, la estrategia para eliminarla está dirigida a educar a la población para el combate.

Alejandro Álvarez Iragorry, biólogo y fundador del Foro Venezolano de Educación Ambiental, cree que aunque la formación de las comunidades es necesaria, hace falta medidas masivas para frenar la reproducción del animal.

"En principio, las medidas de control implantadas me parecen correctas y no tengo ninguna duda de que pueden ser útiles. Pero, a la vez, la velocidad de expansión y el crecimiento acelerado de la población de caracoles en las zonas más afectadas llevaría a la conclusión de que no son suficientes", dijo.

El Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral, los ministerios de Ambiente, de Salud y de Agricultura y Tierras, así como las direcciones estadales y municipales de Ambiente promueven talleres entre agricultores y ciudadanos para que aprendan a evitar la reproducción del animal.

Adicionalmente, en 2010 el Gobierno central publicó la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica cuyo quinto objetivo era el control y/o la erradicación de especies exóticas invasoras, entre las que se cuenta el caracol africano. Sin embargo, se desconoce cuáles fueron las medidas tomadas, más allá de educar a las personas para que se ocupen del problema.

Para Evelyn Pallota, directora de Ambiente del estado Miranda, es de vital importancia que la comunidad esté informada y conozca cómo librarse del invertebrado, pero señala que debe haber un conjunto de planes para el combate.

"En Miranda tenemos un registro técnico, que permite hacer inspecciones y análisis de los caracoles para saber si están contaminados. La información sirve para tomar medidas de control y diseñar políticas sanitarias. La formación de las comunidades para el control del molusco no debe ser una medida aislada del resto de las estrategias trazadas para controlarlo", expresó.

Otras experiencias. Los primeros registros de avistamiento del caracol africano gigante en el continente americano datan de principios del siglo pasado.

Así lo indica la investigación titulada Achatina fulica: un Caracol de Interés para la Salud Pública, incluida en el boletín del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas del período septiembre-diciembre de 2009.

El documento asegura que el invertebrado nunca ha podido ser erradicado en aquellos lugares en donde se ha establecido como población.

En diciembre de 2011, el investigador del Instituto de Zoología Tropical de la UCV, Hermes Piñango, dijo en una entrevista a El Nacional que la recolección e incineración masiva es la única manera de controlarlo efectivamente. "Si un solo caracol pone 1.000 huevos, ¿cuántos puede recoger una persona? Es necesario que se tomen medidas más eficaces para controlarlo", afirmó.

El biólogo citó varios ejemplos de países que trazaron políticas de prevención, como el control en las aduanas para evitar la entrada de elementos contaminados con la plaga. Indicó que varios países han logrado impedir la propagación.

Las medidas fitosanitarias adoptadas por Chile, por ejemplo, evitaron en marzo de 2011 la entrada de un cargamento de piñas provenientes de Ecuador que estaba infestado por los animales.

La erradicación en Colombia es un problema de Estado.

Esa nación diseñó hace un par de años el Plan Nacional Interinstitucional del Sector Ambiental, Agropecuario, Salud y Defensa, destinado al manejo, prevención y control del caracol gigante africano.

Argentina, por su parte, también reunió a los organismos con competencia en salud, ambiente y agricultura para organizar jornadas continuas de recolección del molusco, como las realizadas en Puerto Iguazú. El año pasado la estrategia permitió eliminar más de 45.000 caracoles en menos de 3 meses.

La directora de Ambiente de Miranda recordó que Estados Unidos hizo una ley nacional en 1990, que permitió incluir al Achatina Fúlica en la lista de las especies más nocivas del mundo, por su severidad e impacto en la biodiversidad y en las actividades humanas.

FUENTE: EL NACIONAL

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