Toxicidad del gas era letal en Amuay

Gas, huele a gas, metano y butano. Paraguaná lo aspira desde el sábado 18 de agosto. Intoxicación y envenenamiento. Eso es el peor de los escenarios tras la explosión de tanques en el centro refinador Amuay, en el estado Falcón, en palabras de Ovidio Herrera, neurólogo e internista del Instituto de Enfermedades Neurológicas de Maracaibo.

Los efectos de inhalar gas recrudecen si se trata de niños o ancianos. En el primer caso, los pulmones no están madurados por completo y se hacen menos resistentes a estos olores fuertes. El órgano todavía no cumple su función de servir como un filtro. En el segundo caso, paso algo más: por su condición de envejecimiento, estos órganos se debilitan y no trabajan al 100 por ciento de su capacidad, por tanto, los adultos mayores se tornan más débiles ante la inhalación de cualquier gas volátil. 

Por eso, los más afectados son los niños y ancianos. "Una persona que inhale gas se está intoxicando y envenenando. Su recorrido por el organismo humano es letal. Te pone en una condición somnolienta y actúa aprovechándose de la debilidad del cuerpo. Si tenemos a una abuela con enfermedades asociadas a su edad respirando gas por dos días se disminuye su condición fisiológica y su capacidad pulmonar, considerándose un paciente inmunodeprimido. El gas, en ese caso, podría causar la muerte en 72 horas".

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Así actúa el gas en el organismo
Una vez inhalado, el gas irrita toda la mucosa nasal, bucal, auditiva y ocular, además de la parte pulmonar. También está el agregado de la gasolina, que tiene venceno, altamente cancerígeno.
* Desde la mucosa nasal llega hasta faringe y tráquea.
* Pasa a pulmones generando irritaciones tan severas que llega a producir neumonitis química, un proceso inflamatorio que altera el intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico.
* De los pulmones pasa a sangre.
* De sangre, a cerebro.
* Del cerebro, al sistema nervioso central.
* Y del sistema nervioso central, al corazón.

Tiempo estimado de acción
Depende de muchos factores. Edad, morbilidades asociadas a la persona, hipertensión, diabetes, enfisema pulmonar, si el paciente es inmunocomprometido y, sobre todo, del tiempo y la cantidad de gases inhalados.

Complicaciones
El gas, al llegar al Sistema Nervioso Central, compromete el estado de conciencia, y como pasa al corazón, podría producir trastornos cardíacos. El peor escenario: paros respiratorios y cardíacos. El peligro se agrava para las personas asmáticas.

Atención médica requerida
Debe ser inmediata. Tiene que haber un médico internista, un neurólogo y toxicológico. Es necesario practicarles un rayos x de tórax, verificar tensión arterial, determinar la dificultad respiratoria, evaluar la frecuencia cardíaca y la concentración de gas tóxico en sangre. El parte médico tiene que ser diario para desintoxicar al paciente.

FUENTE: Ovidio Herrera, neurólogo e internista del Instituto de Enfermedades Neurológicas de Maracaibo.

Sobre el gas
La toxicidad es fuerte, no es broma ni exageración, advierten los expertos. Los niveles de gases en la atmósfera paraguanera sobrepasan los límites de lo establecido, que es de 10 a 12 %. Hasta el viernes en la tarde, antes de la explosión en Amuay, el gas metano se ubicaba en 24 % y el gas h2s (sulfuro de hidrógeno) en 4 %. En sitios cerrados y con poca ventilación los niveles aumentan y la gravedad toxicológica y ambiental empeora, razona la toxicóloga María Farías. Estos gases, junto con amoníaco y mercurio, estarían en el ambiente de cinco a seis días.

Si no hubieran muerto por la explosión, habrían fallecido por envenenamiento, asegura una empleada petrolera y experta en normas de seguridad, refiriéndose a los cinco amigos a los que las llamas de Amuay alcanzaron en la compañía Puramín, al lado del centro refinador Paraguaná. Es posible que ya estuvieran envenenados por los gases.  

La fuente, quien consideró prudente no identificarse, cuenta que el h2s se mide por ppm (partes por millón). Si está en más de 5 ppm, lo siguiente es desalojar el área en menos de diez minutos. "Respirar h2s irrita la mucosa y causa envenenamiento lento. Cuatro por ciento es 10 mil veces lo permitido. Por eso, en instalaciones petroleras debe haber sensores de metano y sulfuro de hidrógeno con alarmas para que en caso de fuga la gente se dé cuenta". 

El olor del sulfuro de hidrógeno es sumamente penetrante, a huevo podrido, cualquiera lo puede detectar, por tanto, continúa, es imposible no haberlo percibido. Ya a niveles muy bajos, se siente. En cuanto al metano, agrega: "Es más volátil por ser más liviano. Metano a 24 % en el aire, es demasiado. Cualquier cosa pudo provocar la explosión, hasta un interruptor de luz".

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